La terapia EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es un tipo de terapia que se utiliza fundamentalmente para superar experiencias que hayan podido resultar traumáticas en la vida de una persona. Así, podemos entender por trauma un tipo de información que nuestro cerebro almacena de manera disfuncional y, si nos encontramos ante una situación o un estímulo que nos recuerde a ese momento, podemos experimentar miedo, ira, bloqueo físico o rechazo.
Así, después de haber sufrido una experiencia dura o impactante puede ser que tengamos un trauma si padecemos síntomas como insomnio, pesadillas, estamos irritables, sentimos ansiedad, miedo, confusión, o incluso tenemos sensación de culpa y vergüenza.
De esta manera, podríamos decir que el trauma se produce cuando una persona, tras vivir una experiencia desagradable o de gran impacto en su vida, no almacena de forma correcta esa información en su cerebro, sino que se almacena de forma fragmentada, llegando a condicionar su forma de comportarse y su vida en general.
Para solventar este problema, la terapia EMDR intenta que estos recuerdos queden almacenados e integrados en la persona de una manera saludable.
¿Por qué surgen los traumas psicológicos?
Algo que debemos tener en cuenta es que los traumas psicológicos no se pueden prevenir, ya que se desencadenan por un hecho que ocurre en la vida de una persona de manera totalmente inesperada.
Así, debido a que el trauma es causado por un suceso en la vida de una persona que llega a sobrepasarla, pueden ser ocasionados por elementos muy diversos como: accidentes, abusos sexuales, violencia familiar, lesiones físicas, rupturas sentimentales, catástrofes naturales, humillación o por la pérdida de un ser querido, entre otros muchos factores.
¿Cómo funciona esta terapia?
Podemos considerar la terapia EMDR como una de las más vanguardistas dentro del campo de la psicología y por ello está siendo muy utilizada para superar el estrés postraumático de muchos pacientes.
Este tipo de terapia puede utilizarse como tratamiento complementario a una terapia “verbal” o de manera individual si buscamos realizar una terapia más profunda.
Con este procedimiento se busca estimular la parte izquierda y derecha del cuerpo de manera alterna. Así, mediante el movimiento ocular, golpecitos en las manos o rodillas, o a nivel auditivo, se estimulan los dos hemisferios de nuestro cerebro para conseguir que se comuniquen y, de este modo, pueda desbloquearse la información que estaba mal almacenada en nuestro sistema nervioso generando un trauma.
Asimismo, conseguiremos que esa información que había quedado almacenada de forma incorrecta y de manera fragmentada, se estructure a nivel neuronal y pase a formar parte de nuestros recuerdos y de nuestro pasado, sin que se active en el presente en determinados momentos y nos provoque pánico o miedo.
Para llevar a cabo una sesión de EMDR, se pueden llevar a cabo las tres técnicas que mencionábamos anteriormente:
- Movimientos oculares horizontales: mediante este procedimiento el paciente debe seguir con la vista, sin mover la cabeza, los dedos del terapeuta que realizará hasta 40 movimientos. Esta es la técnica más utilizada en la terapia EMDR.
- Estimulación auditiva bilateral: en este caso el paciente escucha mediante unos auriculares determinados tonos o música de manera bilateral. Estos sonidos que el paciente recibe son controlados por el terapeuta tanto el tono, como la intensidad o la velocidad.
- “Tapping”: por último, esta técnica consiste en que el terapeuta golpea suavemente de manera alterna cada una de las rodillas del paciente, y también, alternamente, las manos del paciente que se encontrarán posadas sobre las rodillas de este.
De este modo, es el propio terapeuta que llevará a cabo el tratamiento EMDR quién decidirá que técnica es más apropiada para el paciente según su caso concreto.
¿Qué tipo de traumas pueden tratarse con esta terapia?
Este tratamiento no solo puede realizarse para ayudar a una persona a superar un trauma, sino que también puede utilizarse para tratar otros trastornos como la ansiedad, el pánico, algunas adicciones, control de los impulsos o problemas psicosomáticos, entre otros muchos.
Aún así, lo más recomendable es que se use para ayudar a superar problemas de tipo emocional, sobre todo, como mencionábamos anteriormente, para solventar traumas consecuencia de alguna experiencia del pasado.
Si quieres más información sobre esta terapia o sobre cualquier otra, puedes visitar las distintas secciones de nuestra web o ponerte en contacto en cualquier momento con nuestros especialistas, estaremos encantados de ayudarte y resolver todas tus dudas.