La ansiedad es uno de los males de este siglo. Afecta a más de 200 millones de personas y por lo menos dos de cada 10 personas van a sufrirla a lo largo de su vida. Cifras que, según los expertos, no hacen más que aumentar.
Ante este contexto, surgen nuevas herramientas y terapias para combatirla. Hoy te hablamos de una de ellas: la escritura terapéutica. ¿Alguna vez has oído hablar sobre ella?
Parece mentira que algo tan aparentemente sencillo como escribir sea capaz de bajar tus niveles de estrés y ansiedad. Pero es así y está demostrado: quienes cogen boli y libreta de forma continua, gozan de una mejor salud física y mental. Escribir puede ser un gran aliado que te permite estar en mayor equilibrio y autoconocimiento.
El lenguaje juega un papel clave en el procesamiento de nuestro mundo interior y nuestras emociones, y el hecho de poder expresar tus ideas y pensamientos los hace más conscientes.
¿Te animas a probarlo?
¿Qué tiene de bueno?
Si aún no te ha convencido el poder terapéutico de esta herramienta, echa un vistazo a algunos de sus numerosos beneficios:
- Capacidad para poner voz a tus emociones y ordenar tu mundo interior.
- Frenar la velocidad de tus pensamientos para procesarlos mejor. Conseguir que la mente no corra tanto y se adapta al ritmo de tu mano.
- Conectar cuerpo y mente en el acto de escribir para integrarte y relajarte.
- Más autoconocimiento: reflexionar sobre lo que estás escribiendo te ayuda a conocerte mejor. Qué te gusta, qué te molesta, qué necesitas…
- Reducir los síntomas ansiosos al bloquear los pensamientos obsesivos y circulares.
5 claves para empezar
Aquí tienes algunos consejos para iniciarte en la escritura terapéutica. Ponte cómodo y manos a la obra:
- Escribe a mano, en el ordenador no es buena idea. Lápiz y papel, de toda la vida, tiene un mejor efecto que la pantalla.
- Busca un refugio acogedor: ese rincón especial o espacio en el que te sientas cómodo.
- Date tiempo: no hace falta que escribas durante una hora cada día, basta con 5 minutos. Pero es importante que lo incorpores en tu rutina habitual.
- Olvídate de las reglas: nadie va a revisar tus textos ni a juzgar si están bien escritos o no. Se trata de que consigas abrirte, desahogarte y liberar tus emociones.
- Sé honesto. El objetivo de este ejercicio es que seas tú al 100%, sin tratar de engañarte ni censurarte.
Por último, recuerda que la escritura terapéutica es un complemento a la terapia, nunca un sustituto! Cuando escribes sigues filtrando la información bajo tus propios ojos, y siempre es bueno que alguien te brinde nuevas perspectivas.